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Tensión en Estados Unidos: la Guardia Nacional llegó a Los Ángeles y crecen las protestas.

Fue luego de una orden de Donald Trump para contener las manifestaciones contra la política migratoria de la Casa Blanca. "Ellos escupen, nosotros golpeamos", advirtió el presidente norteamericano.

Un total de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional llegaron a Los Ángeles tras una orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para intentar contener las protestas contra la política migratoria de la Casa Blanca, en el marco del tercer día de violentos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.


 Uno de los primeros disturbios tras el arribo de la Guardia Nacional a Los Ángeles se produjo en los alrededores de un edificio federal, donde se encontraban protestantes, a los que lanzaron gas lacrimógeno. También se registraron vehículos incendiados, granadas arrojadas y rutas bloqueadas.

       

En tanto, según el Departamento de Seguridad Nacional, se arrestó en total a 118 inmigrantes, incluidas cinco personas vinculadas a organizaciones criminales y con antecedentes penales previos. Por su parte, Trump criticó a los manifestantes y se refirió al accionar de las fuerzas de seguridad: "Si ellos escupen, nosotros golpeamos. Hay gente violenta ahí".

  

Los incidentes se desataron este sábado en Paramount, una ciudad de mayoría latina al sur de Los Ángeles, después de que las autoridades de inmigración realizaran redadas y arrestaran a más de un centenar de inmigrantes. Los manifestantes arrojaron piedras a la Patrulla Fronteriza, que respondió con gas lacrimógeno.

Las protestas se extendieron a la localidad vecina de Compton, donde un auto fue incendiado. Trump firmó la orden para desplegar a la Guardia Nacional luego de advertir en sus redes sociales que "el gobierno federal intervendrá y resolverá el problema" si el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass no "hacían su trabajo".

 

Newson calificó la medida de Trump como "deliberadamente incendiaria" y aseguró que "solo escalará las tensiones". La alcaldesa Bass agradeció "al Departamento de Policía de Los Ángeles y a las fuerzas del orden locales" por su trabajo y aclaró que, hasta este sábado por la noche, "la Guardia Nacional no se ha desplegado en la ciudad de Los Ángeles".

  

En tanto, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, amenazó con enviar al Ejército estadounidense en caso de que sigan los disturbios. "Si la violencia continúa, los marines en servicio activo en Camp Pendleton también serán movilizados -están en alerta máxima", aseguró en X.

 

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, sostuvo en un comunicado que las autoridades de inmigración estaban haciendo un trabajo "esencial para detener y revertir la invasión de criminales ilegales en Estados Unidos" cuando se encontraron con las protestas.

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