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A los 100 años murió Lolín Rigoni: la última madre de Plaza de Mayo de Neuquén

Dolores Noemí López Candal de Rigoni, más conocida como Lolin, la última Madre de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle murió este martes a la madrugada a los 100 años. La noticia fue confirmada por su hija.

 

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Nacida en Daireaux, provincia de Buenos Aires, junto a su pareja, Helvecio Alberto “Toto” Rigoni llegaron a Neuquén en 1965, donde nacieron sus hijos Ricardo, Roberto y Ana.  Referente por su lucha en defensa de los derechos humanos, permaneció activa hasta sus últimos días en la búsqueda por  la verdad, la memoria y la justicia. Su hijo Roberto, a quien todos conocían como “Champita” fue secuestrado el 16 de abril de 1977 en Isidro Casanova, La Matanza, provincia de Buenos Aires y asesinado por fuerzas militares del Regimiento de la Tablada.

 

A diferencia de otras familias que sufrieron el mismo drama, los Rigoni libraron una batalla aparte para recuperar el cuerpo de su hijo, cuyo fallecimiento fue notificado oficialmente en diciembre de 1980.

 

El penoso trámite duró cuatro años desde su muerte, hasta que finalmente Roberto fue inhumado en Neuquén el 25 de abril de 1981. Sus restos descansaron durante algunos años en el panteón que la familia Sapag tenía en el Cementerio Central de Neuquén y finalmente fueron cremados.

 

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A partir de la pérdida de su hijo, Lolin empezó a usar un pañuelo blanco en la cabeza y a juntarse con otros madres de desaparecidos y muertos por el terrorismo de Estado.

 

Lolin estuvo presente, junto a Inés Ragni, otra de las Madres de Plaza de Mayo, en los ocho juicios por delitos de lesa humanidad que se desarrollaron en Neuquén en el que se juzgaron y condenaron a exmilitares, policías, personal de Inteligencia, otras fuerzas de seguridad y personal de la Justicia.

 

Lolín Rigoni, Junto a Inés Ragni, su gran amiga y compañera de luchas
Lolín Rigoni, Junto a Inés Ragni, su gran amiga y compañera de luchas

 “Más de la mitad de mi vida he estado con las Madres, la militancia y la familia. Ellos han sido mi sostén”, dijo alguna vez. Destacó que las Madres filial Neuquén y Alto Valle mantuvieron los principios de la asociación. “No hemos vulnerado ninguno, somos una filial que resiste y sabe cuál es el camino. La defensa de la vida es nuestra causa, no solo la aparición con vida, y la vida es un derecho que tenemos que defender”.

 

En cada marcha por el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 en Neuquén, Lolín junto a Inés Ragni estuvieron presentes, como un ejemplo de la lucha incansable por los derechos humanos.


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